martes, 25 de septiembre de 2007

prueba de sonido

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miércoles, 12 de septiembre de 2007

Don Eduardo un Usuario-Chofer

En busca de mi historia, me subí a la primera micro que con la que me topé en San Bernardo. Esperé en el mismo paradero que había utilizado para hacer el trabajo anterior, por la simple razón de que “le tomé cariño”.
A pesar de todo, puedo decir que si “le tomé cariño” a esta nueva forma de transporte, y cómo no “tomarle cariño” si entre los apretujones, manotazos y hasta agarrones, se siente ese calor humano, que nos hace sentirnos vivos. La mano de un niñito en mi cara y uno que otro “lanza” mirando detalladamente qué cosa de valor podría ser hurtada, me hace mantenerme atenta, alerta a cualquier situación. Me siento viva al oler el sudor de quien está a mi lado. Debo repasar éste monólogo interior cada vez que me enfrento a una micro Transantiago.
Él es Eduardo Ríos, tiene 53 años y maneja micros desde el año 1983. Antes manejaba las "micros amarillas".

-Yo quería seguir trabajando, y para poder hacerlo, postulé. Me hicieron todo tipo de exámenes, psicológicos, físicos y prácticos. Lo malo fue que varios amigos míos no quedaron. Por una parte creo que eso está bien, ya que si uno no está completamente sano o capacitado como para relacionarte con gente todo el día, aguantarles sus mañas y cosas, no puedes trabajar en algo como esto, pero por otra parte, son personas que no tienen estudios y que toda la vida han manejado micros, u de un día para otro, se les acabó la pega y ahí quedaron. Fritos-.
-Yo también soy usuario, también se lo que siente la gente cuando a micro está llena, o cuando no pasa, esas filas agotadoras o cuando la Bip! no te funciona. Si veo a alguien que anda “con la mona”, le tiro una tallita pa´ que se le pase. Por lo mismo me preocupo de parar y andar con buena cara, no hay que hacer lo que a uno no le gusta que le hagan-.
-La cuestión de los escalones, es un problema. Pero cuando se suben adultos mayores o mujeres embarazadas, yo les digo a los pasajeros que sedan el asiento salmón. Ese es más bajo que los otros, y así no hay problemas para sentarse-.
Como pueden ver, no me destaco por mi originalidad ni por esa chispa que muchos tienen para contar historias, “rayo la papa” con los escalones y el “quejumbreo”.
Al final de cuentas, y esto si es enserio, me siento más tranquila, ya que sé que existen más personas como “Don Eduardo” manejando un transporte donde todos tenemos algún lugar dónde llegar. ¡Gracias Don Eduardo!

martes, 4 de septiembre de 2007

Transantiago, te llevamos en el corazón (L)

Querido Transantiago: Espero me perdones por subir una foto sin tu permiso, pero no puedo evitar estas ganas de gritar a los siete vientos, todo el cariño que te tengo. Cada mañana al despertarme espero ansiosa encontrarme contigo. Para mi esas filas eternas son un martirio, la espera de poder transitar contigo por todo Santiago se me hace insoportable.