Son las 9:00 de la mañana y tomo una “Talagante”, si a usted no le suena este nombre es por que vive en Santiago y dichas micros sólo transitan por ciertos lugares alejados de la capital, en la periferia, como son Calera de Tango, San Bernardo, Malloco, y por supuesto Talagante.
No se ven micros “Transantiago” por estos sectores, por lo que debí tomar una micro, para que me llevara a una de las tan conocidas y famosas por “ciertos” sucesos ocurridos desde hace ya 6 meses desde que partió el proyecto.
En fin, me subí a la “tala” y le pregunté al micrero: -Caballero, ¿sabe usted por dónde pasa la micro 211 transantiago, en San Bernardo? –hice esto, con el motivo de asegurar lo que anteriormente tenía entendido, que esa micro pasaba por
Llegué a Freire, y me costó ubicar el paradero. No tenía nada en común con los paraderos que muestran en televisión, este apenas tenía asientos estables y el cartel que dice qué micro pasa por el lugar. El resto de las instalaciones, ya no está. Existen varias opciones para este suceso, a) Se evaporó con el calor, b) Se congeló con el frío, c) Nunca las hicieron, d) Fueron hurtadas, como la mayoría de cosas en San Bernardo, e) Todas las anteriores
Entre los mil y un alegatos de la segunda señora, un adulto de avanzada edad hace ingreso a
Le sonreí y seguí escuchando lo que la señora sentada al lado mío seguía repitiendo, alegando y criticando. Parecía que nada detendría su trágica historia transantiaguina cuando me dice: “¡Ah! Acá me bajo yo, ¡adiós!
Aprovechando que nadie se sentó en el puesto de la señora que andaba de bajarse, me acomode y comencé con mi introducción al tema para el viejito. Me miraba con ojos cálidos mientras le hablaba, pero cuando comencé a preguntarle sobre qué cambios le haría a la 211 su expresión facial cambió, tan bruscamente como los frenos de
He aquí mi historia pensé.
Luego de varios minutos más de conversación, el viejito dejó
Tal como la canción “stairway to heaven”de Led Zeppelin, es por lo que deben pasar estos personajes de pelo blanco. A medida que pasan los años, se hacen más sabios, no más ágiles. Un martirio. Este viejito (quién dio vida a esta historia) me contó que el hace ese mismo recorrido todos los días, va a ver a su hija, a comprar al mall Plaza Vespucio, y cada ves que va a la farmacia o se debe transportar, debe prepararse física y mentalmente para enfrentarse a estos escalones endemoniados.
Y ahora, ¿quién podrá defendernos?